Ambos equipos reclamaron la expulsión directa de un jugador rival
Los blancos pidieron el empate de Camavinga justo antes del paso por vestuarios
Un derbi entre Atlético y Real Madrid nunca queda exento de polémica y, como no podía ser de otra manera, el de hoy también ha sido así. El colegiado del encuentro, Alberola Rojas, vivió la tensión del derbi desde muy pronto cuando Álvaro Morata avanzó a los colchoneros tras un buen centro de Samu Lino.
Los jugadores blancos mostraron su disconformidad con el arbitraje de Alberola tras no haber señalado falta sobre Jude Bellingham del central, Mario Hermoso. Treinta segundos de diferencia entre ambas acciones impidió al VAR entrar en al decisión del árbitro.
La segunda polémica del partido llegó con el gol anulado a Camavinga, que daba el empate justo antes del paso por vestuarios. El colegiado cree que la posición de Antonio Rüdiguer interfiere en la jugada y, por ese mismo motivo, impide disputar a los centrales el balón que a fin remataría Alaba, este sí, en posición legal.
Lo que sí es cierto es que el central alemán condiciona la jugada, aunque no toque la pelota. En este caso, la infracción concreta es «intentando jugar claramente un balón cercano mediante una acción que tenga un impacto en el adversario».
Por úlitmos, ambos equipos pidieron la expulsión de un rival. En el caso del Real Madrid, pidieron la roja directa para Giménez en una acción muy temeraria al filo del descanso sobre Rodrygo. El árbitro saldó con amarilla la acción, ya que el contacto no coge al brasileño sobre el césped.
Mientras que los atléticos reclaman que Bellingham llegó tarde a un balón y entró bruscamente a Correa. Otra vez, tal y como sucediese con Giménez, Alberola Rojas optó por dejarlo en amarilla y el VAR no le corrigió.
