Los bomberos en el sur de California lograron avances el miércoles para contener un incendio forestal que arde en el condado rural de Riverside, al suroeste de Los Ángeles, pero según las autoridades muchas casas y otras instalaciones continúan amenazadas.
El llamado incendio Highland estaba solo levemente activo, ya que los vientos de Santa Ana que lo empujaban a través de colinas cubiertas de maleza disminuyeron y los equipos de bomberos lo habían contenido en un 20% el miércoles por la noche, dijo Rob Roseen, portavoz de los bomberos.
«Las condiciones eran favorables para los bomberos», pero la humedad se mantuvo baja y el terreno accidentado hizo que el trabajo fuera un desafío para los aproximadamente 1.200 bomberos, explicó Roseen.
El tamaño del incendio se mantuvo sin cambios en poco menos de 10 kilómetros cuadrados.
Un bombero sufrió lesiones, pero se encuentra en condición estable, dijo el portavoz.
El lunes soplaban vientos secos y en rachas de Santa Ana cuando el incendio estalló cerca de la zona rural de Aguanga, a unos 85 kilómetros al norte de San Diego, y se emitieron órdenes de evacuación para 4.000 residentes mientras las llamas se propagaban rápidamente.
Con los avances logrados contra el incendio, muchas órdenes de evacuación se redujeron el miércoles a advertencias y a varios miles de personas se les permitió regresar a sus hogares, pero unas 2.500 casas y otros edificios seguían amenazados, dijeron las autoridades.
Aunque el pronóstico para los próximos días era favorable, quienes se les permite regresar a casa deben permanecer atentos, dijo Roseen.
«Siempre existe la posibilidad de que se levanten vientos», agregó.
Siete casas y otros edificios quedaron destruidos y otros seis sufrieron daños, dijeron las autoridades.
El jubilado George Boyles dijo a The Press-Enterprise que al principio el fuego parecía muy lejano, pero de repente se acercó a su casa. Inicialmente, él y su esposa Lucila planearon salir en auto, pero tuvieron que soportar la tormenta de fuego en un área despejada de tierra en su propiedad.
Su casa y su garaje quedaron destruidos.
Otro residente, Luis Quiñónez, estaba ausente cuando una de sus dos propiedades se quemó hasta los cimientos. Nadie resultó herido y sus perros, gatos, gallinas y gallos sobrevivieron, dijo el martes a AP.
Los vientos de Santa Ana, que tienen una larga historia de avivar los incendios forestales de la región, soplan desde el interior hacia la costa del Pacífico. El aire seco mina la humedad de la vegetación, lo que facilita la quema. Los meteorólogos pronosticaron que el aire húmedo del océano regresaría el viernes.
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