"¿Firmáis el empate?", le preguntó una reportera a Lautaro Martínez en la previa del Barcelona - Inter de Milán, que se jugó en el Camp Nou allá por octubre de 2022. Un simple reparto de puntos le bastaba al conjunto neroazzurro para sacarle ventaja a los culés en ese duelo directo por el segundo lugar del grupo C, tras la victoria del Inter en el Giuseppe Meazza, por 1-0.
"No... la victoria", respondió Martínez a la periodista, sonriendo y anticipando lo que sería una actuación magistral suya en Europa.
3-3 terminó aquel cotejo. Con un Inter que salió a jugar pletóricamente el segundo tiempo en Barcelona, liderado por un intratable Lautaro Martínez, quien se fue con una anotación y un magnífico pase a gol a cuestas.
Los dirigidos por Simone Inzaghi no ganaron ese partido por detalles, pero el empate fue una suerte de triunfo espiritual que les aseguraba virtualmente la clasificación a los octavos de Champions por segundo año consecutivo. Un bálsamo económico para un gigante europeo necesitado de ingresos.
Aquel 3-3 no iba a ser posible sin Martínez, 'El Toro bravo' de Bahía Blanca. Ese día, una vez más, el exjugador de Racing se presentó ante el mundo como un delantero de élite, pero siendo la estrella de su equipo, cosa que no había pasado en sus primeros años en Europa.
Años brillando en la sombra
Lautaro, como todo delantero joven, casi siempre fue un actor de reparto en Inter. Uno importante, pero secundario al fin. Primero compitiendo con su compatriota Mauro Icardi, quien en su momento fue ídolo y capitán absoluto del Inter. Después siendo compañero de ataque de Lukaku; la estrella indiscutible del exitoso pero breve proyecto liderado por Conte.
A pesar de su calidad técnica, capacidad asociativa y goles importantes —le marcó a Milan (muchas veces), Napoli, Juventus, Barcelona, Real Madrid, Liverpool y Borussia Dortmund—, a Lautaro Martínez la opinión pública siempre lo tuvo como un muy buen delantero, pero no como una estrella. El momento para cambiar esa narrativa debía darse en los últimos dos años. ¿Lo logró? Posiblemente va en ese camino.
Tras el desmoronamiento del proyecto Conte, la salida de Lukaku y la llegada de Inzaghi al Inter; Lautaro quedó como una de las principales referencias del cuadro milanés. Si bien hubo muchos rumores que vincularon el futuro de Martínez al FC Barcelona entre 2020 y 2021, el delantero argentino finalmente decidió quedarse en Milán, para liderar uno de los proyectos deportivos más serios del fútbol italiano, a pesar de la mala situación económica del club.
El reto para Martínez era mayúsculo: ser la carta goleadora principal de un Inter que perdió a dos de sus grandes referentes —Hakimi y Lukaku— y mantener el listón competitivo del cuadro neroazzurro. Es decir, se convirtió en la cara del proyecto, en el hombre insignia, en un momento turbulento.
En esa primera temporada como líder del proyecto —a pesar de que el Inter levantó dos copas nacionales, alcanzó los octavos de Champions (cayendo dignamente ante Liverpool) y estuvo cerca de levantar el bicampeonato— al toro le tocó recibir duras críticas.
Y esto se debe a que Lautaro es, hasta ahora, un delantero dependiente de sus rachas, quizás su gran talón de Aquiles. Cuando 'El Toro' está flecha para arriba es un delantero temible e insoportable. Su estilo de juego, que combina técnica y potencia física, es indescifrable para la mayoría de los defensores cuando está pleno. Su forma de cubrir la pelota; asociarse, gambetear y rematar es élite pura. De superestrella. Sin embargo, cuando su momento anímico no es el mejor y su equipo no lo acompaña suficientemente bien, el arco se cierra y el argentino tiende a entrar en un bajón futbolístico que puede ser muy marcado durante semanas.
Es lo que le falta mejorar a Martínez para ser, indiscutiblemente y no solo por su nicho de seguidores, uno de los mejores delanteros del mundo.
No en vano Lautaro superó en las últimas dos temporadas el umbral de los 25 goles. No es casualidad que su Inter sea el club italiano más dominante de los últimos tres años, una vez se rompió la hegemonía de la Juventus. Y por supuesto no es debido a la suerte que 'El Toro' sea uno de los goleadores del ciclo Scaloni en la Argentina y a sus 25 años sea capitán de un Inter finalista de Champions, un hito que la institución de Milán no alcanzaba desde hace 13 años, en aquella ocasión también liderada por un argentino surgido de Racing, Diego Milito.
Un Mundial como punto de inflexión
Martínez, en 2022, fue capaz de firmar un arranque de temporada infernal, sosteniendo casi sin apoyo toda la estructura colectiva del Inter, para llegar al Mundial de una forma inmejorable y terminar perdiendo el puesto por caer en un bache anímico.
Por ello Qatar 2022 definitivamente marcó un punto de inflexión en la carrera de Lautaro, para bien y para mal. El nueve argentino hasta ahora sufre de burlas y críticas por su mala suerte de cara al arco en la cita mundialista. Porque la vida del delantero es injusta, por más que aportes silenciosamente al equipo, al final te valoran por las veces que inflas las redes.
Y Lautaro, a diferencia de lo que la mayoría dice, no tuvo un Mundial ni cerca de lo terrible que se comenta. Es cierto, el debut contra Arabia, el día más atípico del torneo, hundió su racha goleadora. Perdió el puesto rápido y no logró recuperarlo. Sin embargo, a pesar de las muchas ocasiones falladas contra Australia, Holanda y Francia, si uno deja de lado los fallos, notará que Martínez entró absolutamente bien en cada uno de los partidos y mejoró el juego argentino con su ingreso en los momentos claves.
El propio Lautaro puede decir que fue parte de dos momentos fundamentales del título: participó directamente en el tercer gol de Messi ante Francia, en la prórroga; y además metió el penal para clasificar a semifinales contra Holanda, quizás el tiro más pesado de todo el torneo por todo lo que significó ese partido.
Al final, Martínez, muy a pesar de los críticos, fue campeón del mundo aportando mucho a su combinado, pues el ciclo Scaloni no inició ni terminó en 2022.
El Mundial tampoco hundió a Lautaro, todo lo contrario: lo potenció. Al volver de Qatar el argentino volvió a marcar goles importantes y a sostener a su equipo en esa incesante lucha en la Serie A por los puestos de Champions. También brilló en la Supercopa de Italia, donde Inter destruyó al Milan en Arabia. En el camino, ciertamente, pasó por una mala racha goleadora que coincidió con el peor momento del Inter de la temporada, pero apareció nuevamente en el tramo clave del curso para liderar a su equipo en los cuartos de final contra Benfica y barrer al Milan en las semifinales con él siendo la figura indiscutida.
A estas alturas, con Lautaro Martínez como estandarte, el Inter está a un pasito de asegurarse el top-4 en el Calcio, en la final de Copa Italia y clasificado al partido decisivo de la Champions League tras trece años. Su temporada es, sin dudas, consagratoria. Una redención no para los que cuestionan, sino para él mismo, que debe sentirse una superestrella, porque ha demostrado con creces que está comiendo en esa mesa.
Emmanuel Rondón
Periodista y editor de Americano Media. Especializado en política americana, análisis de medios y deportes.
Emmanuel Rondón
Periodista y editor de Americano Media. Especializado en política americana, análisis de medios y deportes.