El exlíder paramilitar Salvatore Mancuso, antiguo jefe de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), regresará a su país, desde Estados Unidos, en calidad de deportado, según confirmó una fuente de la Policía Nacional a la Voz de América.
Aunque medios locales señalan que el regreso será este martes a las 2 p.m. (hora local) en un vuelo chárter, la fuente oficial dijo a la VOA que aún «no es oficial si es mañana o pasado mañana», en referencia al martes o el miércoles, respectivamente.
Tampoco, dijo, se ha definido el centro de reclusión, lo cual se revisará en otras instancias, con jueces y el Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (INPEC).
El año pasado, Mancuso fue designado por el gobierno colombiano como gestor de paz. El presidente Gustavo Petro firmó una resolución en la que, además, pide a las autoridades que se suspendan las medidas judiciales vigentes, una vez regrese al país, pero debe continuar compareciendo ante los entes judiciales.
“El señor Salvatore Mancuso firmará un acta ante la Oficina del Alto Comisionado para la Paz, en la cual se comprometerá a asistir personalmente a las diligencias judiciales en Colombia y a rendir informe sobre las actividades desarrolladas en la calidad de gestor de paz”, dice una de las obligaciones.
El objetivo del gobierno es que el exjefe paramilitar contribuya a la política de la “paz total”, una de las principales apuestas de Petro.
Mancuso será presentado ante la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), un tribunal especial creado tras los acuerdos de paz de 2016, que acoge a los actores del conflicto, pues sobre él aún recaen procesos judiciales relacionados con desplazamiento forzoso, homicidios y desapariciones forzadas.
Ha participado en el marco de esta jurisdicción para proporcionar información sobre desplazamientos o ejecuciones extrajudiciales por parte de las AUC.
También debe brindar información a la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD), precisamente como apoyo en la búsqueda de desaparecidos por los paramilitares.
Mancuso cumplió una condena de 12 años en prisión por tráfico de cocaína en 2020, tras ser sentenciado a casi 16 años de presión, en 2015. En 2008, fue extraditado junto a altos exjefes militares de las AUC, en aviones de la Agencia Antidrogas Estadounidense (DEA, por sus siglas inglés). En 2009, se declaró culpable de narcotráfico.
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