La Cámara Baja bajo el control de los republicanos, podría comenzar a votar en la próximas horas un plan de los conservadores liderados por Kevin McCarthy, para subir el techo de deuda a cambio de amplios recortes al gasto público, una iniciativa que la Casa Blanca ya ha dicho que vetará.
El plan llega después de semanas de reproches cruzados entre McCarthy y el presidente estadounidense, Joe Biden, por la falta de disposición de la que se acusan mutuamente para negociar un aumento del límite al dinero que el país puede pedir prestado legalmente, que se alcanzó en enero.
El impás amenaza con abocar EE.UU. a un histórico impago de su deuda nacional si el Congreso no es capaz de sacar adelante una suspensión o un aumento de la cifra en las próximas semanas.
La historia se repite
Una de las más sonadas, en 2011, se saldó con la mayor incertidumbre en los mercados financieros desde la crisis de 2008, y provocó un aumento de 1.300 millones de dólares en los gastos de financiación para ese año, según la Oficina de Rendición de Cuentas del Gobierno estadounidense (GAO, en inglés).
El acuerdo de entonces llegó dos días antes de que el país incurriera en un impago de la deuda, lo que llevó a la agencia de riesgo Standard and Poor’s (S&P Global) a rebajar la calificación crediticia del país desde "AAA" a "AA+".
En ese momento, con Barack Obama como presidente, la Cámara Baja, controlada también por los republicanos, se negó a subir el límite hasta que el demócrata accedió a aprobar una serie de restricciones al gasto público que han estado vigentes hasta hace poco.
¿Qué pide McCarthy?
El plan de McCarthy para aprobar un aumento del techo de deuda también contempla una serie de recortes al gasto público.
En concreto, el proyecto incluye un aumento del límite de la deuda de 1,5 billones de dólares al tiempo que propone recortes por valor de 4,5 billones.
Entre los recortes se encuentran varias iniciativas para incentivar la compra de vehículos eléctricos y la transición hacia energías renovables, dos de los puntos clave del gran paquete de gasto que los demócratas aprobaron el pasado verano, conocido como Ley de Reducción de la Inflación.
Además, propone acabar con programas de Biden, como la cancelación de la deuda estudiantil, al tiempo que endurece las condiciones para acceder a recursos de ayuda sanitaria y alimentaria, entre otras medidas.
Más allá de la oposición de la Casa Blanca, el plan de McCarthy tiene pocos visos de prosperar en el Senado, donde los progresistas son mayoría.
La medida del límite de deuda fue instaurada en 1917 en Estados Unidos para dejar de tener que aprobar cada petición de gasto del Tesoro durante la Primera Guerra Mundial, sin perder de vista el tamaño de la deuda.
Desde la década de 1970, el Congreso estadounidense ha aprobado al menos en 78 ocasiones aumentar o suspender el techo de deuda.
En enero, cuando se alcanzó la actual cifra -de 31,4 billones de dólares- el Departamento del Tesoro aprobó una serie de "medidas extraordinarias" para retrasar el riesgo de impago. Está previsto que estas herramientas financieras expiren el 5 de junio.