Entre sonrisas, camaradería y una marcada agenda progresista, la extrema izquierda de Brasil y la americana se reunió en la capital política de Estados Unidos, Washington D.C.
Se trata de la primera visita oficial a Estados Unidos del presidente socialista Lula da Silva desde que volvió al poder a principios de año tras derrotar al conservador Jair Bolsonaro, quien continúa establecido en Miami, Florida, en busca de una visa de turista que le permita quedarse por seis meses más en el país.
Lula tuvo una agenda apretada este viernes. Se reunió, primero, con su homólogo Joe Biden, quien dejó claro a través de sus altos funcionarios que quiere trabajar estrechamente con el fundador del criminal Foro de São Paulo, la organización internacional que fundó da Silva en 1990 de la mano de Fidel Castro.
Después llegaron los encuentros con los aliados más cercanos: el senador socialista Bernie Sanders (D-VM) y la representante Alexandria Ocasio-Cortez (D-NY), ambos promocionados en las redes del mandatario brasilero.
Lula, Sanders y AOC comparten una misma visión del mundo en términos económicos y sociales. Apuestan por la intervención estatal en la economía —regulaciones, aumento de los sueldos por decreto, impuestos altos— y también coinciden en el desgastado discurso de la lucha de clases.
Lula también se reunió con otros representantes de la izquierda americana: los congresistas Pramila Jayapal (D-WA) y Ro Khanna (D-PV).
Asimismo, Lula también tiene pensado reunirse con líderes del AFL-CIO, el sindicato más grande de los Estados Unidos.
De hecho, el líder socialista, quien fue condenado por corrupción en su país y pasó casi tres años en la cárcel, tuvo una relación muy estrecha con el AFL-CIO desde los años setenta.
De acuerdo con la agencia EFE, una fuente dijo que, cuando Lula empezó “a defender los derechos de los trabajadores de la metalurgia en Brasil”, se hizo muy amigo de Richard Trumka, presidente del sindicato desde 2009 hasta su muerte en 2021.
Lula, que fue condenado por los delitos de corrupción pasiva y lavado de dinero en el reconocido caso Lava Jato, pudo volver al poder en Brasil gracias a que el Tribunal Supremo brasileño revocó la sentencia en 2021 arguyendo una supuesta violación de procedimientos.
Sin embargo, el Supremo de Brasil ha sido acusado de beneficiar a la izquierda política en su cruzada contra Bolsonaro. De hecho, medios liberales como The New York Times han denunciado al Tribunal por extralimitarse en sus poderes al momento de supuestamente “defender la democracia”.
¿Se convertirá Biden en un aliado radical de Lula?
Biden encuentra en Lula un aliado ideológico en temas sociales, culturales y medioambientales. Todo lo contrario con Bolsonaro, quien fue un inequívoco aliado del expresidente Donald Trump. Así que es muy factible ver acercamientos entre Washington y Brasilia con el correr de los meses.
Pero a Biden y Lula no solo los une su agenda ideológica, sino también política y comunicacional, por eso hoy los funcionarios de la Administración demócrata hicieron énfasis en que ambos mandatarios discutieron sobre “el fortalecimiento de la democracia”.
Luego de que Lula asumiera el poder en Brasil, en los primeros días de enero una turba de manifestantes indignados con el mandatario tomaron las principales sedes de los tres poderes del Estado brasileño —ejecutivo, judicial y legislativo. Los actos de vandalismo generaron muchos detenidos y una fuerte represión para recuperar el control de los edificios oficiales.
Como muchos de los manifestantes eran simpatizantes de Bolsonaro, los medios internacionales empezaron a comparar los hechos en Brasil con la toma del Capitolio del 6 de enero. Esto a pesar de que el expresidente conservador no se encontraba en Brasil y también condenó la violencia.
“Esta es una narrativa muy importante y fuerte para ellos que se presentan como demócratas y no como lo que son: autoritarios. Sabemos, por ejemplo, que Lula apoya a dictaduras como Cuba, Venezuela y Nicaragua”, dijo a Americano Media el internacionalista brasileño Lucas Ribeiro.
Si bien Rivero dijo que el acercamiento entre Biden y Lula era “natural” por “temas ideológicos”, descartó la idea de que se cree un fuerte lazo entre Washington y Brasilia como sí ocurrió durante el periodo Trump-Bolsonaro.
Según Ribeiro, si bien el progresismo americano sigue radicalizándose adoptando ideas de corte socialista, todavía en Latinoamérica la izquierda tiene un enfoque muy “antiamericano”, por lo que Lula posiblemente busque mantener distancias con Washington por conveniencia política.
No obstante, el único tema donde Biden y Lula difieren ahora mismo es sobre la invasión a Ucrania. Pues el mandatario brasileño optó por no apoyar al país liderado por Zelensky, adoptando una tibia postura diplomática de culpar a ambas partes por el conflicto. Pese a ello, la Casa Blanca dice que respeta la decisión de Brasil en este caso y que se mantiene ansiosa por trabajar con el gigante sudamericano.
El tiempo dirá si Biden se convertirá en un aliado fuerte de Lula, como Sanders, AOC o los líderes sindicales americanos.
Emmanuel Rondón
Periodista y editor de Americano Media. Especializado en política americana, análisis de medios y deportes.
Emmanuel Rondón
Periodista y editor de Americano Media. Especializado en política americana, análisis de medios y deportes.