¿Por qué los americanos ya no confían en la prensa?

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¿Por qué los americanos ya no confían en la prensa?

Fake news, manipulación y marcado parcialismo. Los americanos ya no confían en la prensa de su país, sumergida en una crisis de confianza sin precedentes

Por Emmanuel Rondón

Miércoles, 16 de noviembre de 2022 a las 22: 40
Miércoles, 16 de noviembre de 2022 a las 22:40

El periodismo americano está en una crisis de credibilidad sin precedentes. La gente ya no confía en la prensa. Si un medio del establishment —independientemente de su línea editorial— publica una historia, la audiencia automáticamente duda de su veracidad. Esta es, sin dudas, una situación peligrosa para Estados Unidos, porque sin una prensa seria y veraz, las bases de la democracia y la república tambalean.

Los datos son crudos y no mienten. En los últimos años —de acuerdo con diversos estudios que miden la confianza de los americanos en su prensa— la credibilidad de la prensa se viene reduciendo constantemente a medida que aumentan las tensiones políticas. 

Por ejemplo, el barómetro anual de Edelman, fechado en 2021, indicó que el 56 % de los americanos está de acuerdo con la afirmación de que “los periodistas y reporteros intentan engañar a la gente a propósito, diciendo cosas que saben que son falsas o grandes exageraciones”. Asimismo, el 58 % piensa que “la mayoría de las organizaciones de noticias están más preocupadas por apoyar una ideología o posición política que por informar al público”. Según dicho estudio, menos de la mitad de los americanos (el 46 %) dijo que confiaba en la prensa. 

Otro estudio, realizado por Gallup y publicado en octubre de 2022, es todavía más grave. Indica que tan solo el 7 % de los americanos tiene ‘mucha’ confianza en los medios de comunicación y el 27 % tiene ‘bastante’, sumados llegan a un pobre 34 %. Esta cifra de confianza es una de las más bajas de la historia según el análisis. Apenas se ubica dos puntos porcentuales por encima del alcanzado en 2016 (32 %), durante las elecciones presidenciales que enfrentaron a Donald Trump y Hillary Clinton.

Mientras tanto, el 28 % de los adultos americanos dijo no tener mucha confianza y el 38 % no tiene ninguna en los periódicos, la televisión y la radio, números que combinados representan un duro 66 %.

“Es la primera vez que el porcentaje de americanos que no confían en absoluto en los medios de comunicación es mayor que el porcentaje que tiene mucha o bastante confianza juntos”, reseña Gallup en su página web. 

¿Pero por qué sucede este fenómeno?

En Estados Unidos la gran mayoría de los medios de alcance nacional —a excepción de Fox News, The Wall Street Journal, el New York Post y algún periódico histórico— tienen una marcada línea editorial progresista. La gran mayoría de las cadenas nacionales, tanto en inglés y español, tienen una tendencia a apoyar a ideas y políticas de los demócratas. Los diarios nacionales, como The New York Times o The Washington Post, desde hace muchos años se destacan por su inequívoca línea liberal. Y la gente se cansó del periodismo parcial que se hace pasar por imparcial. 

En los últimos años hubo varias historias o temas de gran interés nacional donde quedó evidenciado cómo la prensa liberal operó por intereses editoriales (parciales) y no periodísticos. Un claro ejemplo fue el manejo o la cobertura del ordenador abandonado en Delaware por Hunter Biden a días de las elecciones presidenciales del 2020. 

El New York Post reveló lo que fue, sin dudas, la exclusiva más grande del año a semanas previas de las elecciones. La historia contaba cómo el hijo del entonces candidato demócrata había introducido a su padre a un socio en Ucrania, de la firma energética Burisma, cuando este era vicepresidente. En ese mismo período, Joe Biden presionó al Gobierno ucraniano para que despidiera a un fiscal que investigaba a dicha compañía, de la que Hunter era socio. 

El NYP, a raíz de eso, sufrió uno de los hechos de censura más grandes de la historia del país. Con las Big Tech, especialmente Twitter y Facebook, limitando la historia por supuestamente violar normas internas de las compañías; un hecho que sin dudas limitó el alcance y la difusión de la historia por Internet. 

¿Qué hicieron los medios liberales ante esto? Algunos diarios y cadenas simplemente ignoraron la historia del NYP y no le dieron importancia. Otros, “desmintieron” al NYP, acusándolo de ser una herramienta propagandística del GOP a semanas de las elecciones. Ni siquiera hubo un solo editorial de la prensa liberal condenando a las Big Tech por censurar a uno de los medios más longevos del país. 

Luego, meses después, cuando ya Joe Biden estaba en la Casa Blanca, todos los medios empezaron a cubrir la historia de la laptop perdida, algunos aceptando una mala cobertura y otros actuando como si nada hubiera pasado. Al final, el propio exdirector de Twitter, Jack Dorsey, aceptó que censurar al Post fue un terrible error

Un dato clave, y que bien explica este fenómeno de desconfianza, es que la mayoría de los americanos que no cree en la prensa se considera republicano e independiente. Solo los demócratas siguen confiando en los medios del establishment. 

Por ello, el patrón de ataque de los medios liberales contra Donald Trump desde su primera candidatura presidencial es un buen punto de partida para entender por qué la gente se cansó de los periodistas. Y es que, más allá de la crítica, perfectamente válida, el problema yace en la manipulación o tergiversación de la realidad. Por ejemplo, la galardonada periodista y escritora Sharyl Attkisson, desarrolló una lista de fake news contra Trump proveniente de los medios, y el número es lapidario: hasta 157 historias se publicaron contra el expresidente con errores factuales. 

Entendiendo ese número en perspectiva: son 157 temas recogidos por una sola periodista, ¿cuántos artículos, notas de opinión, minutos de televisión, tweets o programas radicales habrán surgido de estas historias con información falsa? 

Los ataques contra Trump y el trato informativo dado a la laptop de Hunter Biden son dos temas pesados, pero hay un montón de historias que bien podrían haber causado malestar entre independientes y conservadores. Por ejemplo, la manipulación del caso de Kyle Rittenhouse, el joven que, en defensa propia, tuvo que disparar a agitadores que lo atacaron durante los disturbios del verano del 2020. O, quizá, la poca cobertura que se le dio al asesinato de un joven en Dakota del Sur en manos de un extremista de izquierda. 

Este comportamiento de la prensa que se presenta como “imparcial” y “objetiva”, ha terminado por mermar la confianza del americano común en los medios, quienes ahora ven a los periodistas como potenciales palangristas y no como aliados de la verdad. Un hecho que es culpa del propio periodismo americano. 

Emmanuel Rondón

Periodista y editor de Americano Media. Especializado en política americana, análisis de medios y deportes. 

Emmanuel Rondón

Periodista y editor de Americano Media. Especializado en política americana, análisis de medios y deportes. 

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