El republicano Kevin McCarthy, de California, no logró los votos necesarios para convertirse en el líder de la mayoría del Partido Republicano en la Cámara de Representantes, fracasando en un tercer intento. Por ahora aún la Cámara no tiene líder, mientras se prepara para una cuarta votación este miércoles.
Luego de 4 años de control demócrata, hoy la Cámara es dominada por los republicanos que, por diferencias, no han podido elegir a quien se convertiría en el sucesor de Nancy Pelosi, la expresidente de la Cámara de Representantes.
McCarthy, alineado con el ala más tradicional del Partido Republicano, se enfrenta a quienes se identifican con el movimiento MAGA y la voluntad de acabar con el establishment en DC.
El representante por Florida, Matt Gaetz, argumentó que los republicanos que aspiren a limpiar la corrupción de Washington DC no deberían de votar por McCarthy, pues es parte de ella.
"Si quieres drenar el pantano, no puedes darle al mayor lagarto la responsabilidad de hacerlo", dijo Gaetz en referencia a McCarthy.
Para los críticos republicanos de McCarthy, el representante del distrito 20 de California siempre ha tenido disposición de trabajar y cooperar con la agenda demócrata. Esto, cierto, trató de cambiarlo McCarthy con su oposición a la ley omnibus bipartidista que fue aprobada hace unos días.
Durante el voto de la primera ronda, 203 republicanos votaron a favor de McCarthy, pero se opusieron 19 (10 le dieron su apoyo a Andy Biggs, de Arizona, quien representó un voto protesta y los otros 9 se diluyeron entre otros congresistas). En la segunda ronda, todos los disidentes de McCarthy apoyaron al representante Jim Jordan, quien, de hecho, dio un discurso respaldando a McCarthy.
Y, finalmente, en la tercera ronda, uno de los que había apoyado a Jordan, el representante de Florida, Byron Donalds, cambió de parecer y se fue con McCarthy.
Por la estrecha mayoría de los republicanos, prácticamente McCarthy necesita un voto unánime a su favor para quedar como líder de la mayoría y presidente de la Cámara. Con 222 republicanos contra los 212 del Partido Demócrata, cualquier candidato necesitaría, al menos, 218 votos.
Las fracturas internas en el Partido Republicano han provocado un episodio histórico, ya que desde 1923 no se posponía la elección de un presidente de la Cámara por falta de consenso.
Marjorie Taylor Greene, una de las congresistas más firmes en su crítica al establishment republicano, decidió, en esta ocasión, apoyar a McCarthy. En un tuit publicado en la tarde de este martes, dijo: "Si la base republicana tan solo entendiera que 19 republicanos votando contra McCarthy están jugando a la ruleta rusa con nuestra mayoría republicana que tanto costó ganar".
Taylor Greene también argumenta que la elección de los republicanos disidentes, Jim Jordan, no quiere ser presidente de la Cámara y él mismo apoyó a Kevin McCarthy.
Aún queda por ver si el Partido Republicano es capaz de consolidar el consenso antes de la cuarta votación y evitar más dilaciones que, según información que se ha filtrado, podría poner en peligro el control de la presidencia de la Cámara (el activista Charlie Kirk denunció que algunos demócratas están trabajando para lanzar un 'liderazgo de coalición' que divida en dos a la Cámara).