Pinocchio fue rescatado por Guillermo del Toro

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Pinocchio fue rescatado por Guillermo del Toro

El film del mexicano destaca a la individualidad, enaltece a la familia y rescata el valor de la honestidad

Por Emmanuel Rondón

Miércoles, 04 de enero de 2023 a las 17: 45
Miércoles, 04 de enero de 2023 a las 17:45

Después del horrendo remake de ‘Pinocchio’ lanzado en septiembre del 2022 por Disney+, el gran Guillermo del Toro apareció a finales de año para entregarnos una de las obras maestras del ya terminado 2022.

Con una propuesta audiovisual ambiciosa —y hermosa— del Toro nos sumerge en una historia donde se resalta la autenticidad de un personaje vilipendiado y arruinado obscenamente por Disney.

La ‘Pinocchio’ del mexicano rescata absolutamente todas las bondades del original y relativiza los defectos convirtiéndolos en virtudes disfrazadas que necesitaron de un contexto idóneo para aflorar.

Este ‘Pinocchio’ es, por sobre todas las cosas, una creación de amor y bondad que solo quiere ayudar y hacer sentir orgulloso a su padre, el Maestro Gepetto. Como si antes de ser creado le susurraran bíblicamente al oído, “oye, niño de madera, vas a existir para honrar y amar a tu padre”.

De hecho, es lo que le dice, aunque en otras palabras, la Diosa de la Vida. Tanto para su primer nacimiento como para su emotiva resurrección.

‘El problema’ es que este Pinocchio es demasiado auténtico y real para seguir tales órdenes como si formara parte de un rebaño. No es un juguete con una etiqueta ‘Made in China’ que cumple una simple función. Es un ser libre, pensante y curioso. Él no puede fingir ser quién no es, por más que lo intente.

Este Pinocchio es insoportablemente individualista, quiere hacer todo por su cuenta; ser libre; que nadie lo maneje. Sin embargo, durante la mayor parte de la historia, el mismo niño de madera lucha contra su propia voluntad para ser quién no es. Lo que provoca un desastre a su paso.

Primero le promete a su padre, Gepetto, que será como su hijo Carlo. Obediente, tranquilo y ejemplar. Absolutamente todo lo contrario a su esencia.

Esa promesa termina siendo en vano, incumplida sin intención, lo que perjudica a su creador de forma inimaginable: endeudándolo con un cirquero corrupto y poniéndolo en una posición compleja ante el Gobierno fascista de Benito Mussolini en el contexto de la segunda guerra.

Pero este Pinocchio, consciente de su error y de la carga que significó para su creador, decidió hacerse cargo de sus actos. Asumió las consecuencias. Trabajó para el cirquero que quería robarle su libertad a cambio de exonerar la deuda de su padre más un salario para enviarlo como remesa. Además, evitó seguir metiendo en problemas a Gepetto con el régimen fascista. 

En pocas palabras, sacrificó su esencia para ayudar al ser que más ama. Porque por la familia uno hace hasta lo imposible por ayudarla. 

Pero así como Pinocchio se sacrificó, el existencialista Sebastian —el mejor grillo de la franquicia—y Gepetto se aventuran para salvarlo. Porque abandonarlo a su suerte no es opción.

Sebastian, por cierto, además de ser el narrador de esta historia, deja varios fragmentos filosóficos para el recuerdo. Como sus discursos a Gepetto y Pinocchio o su gran homenaje a Arthur Schopenhauer.

Una de las facetas más sorprendentes del film de Guillermo del Toro es cómo aborda el complejo de la existencia misma con una facilidad pasmosa, a través de la Diosa de la Muerte, hermana de la responsable de la existencia del propio Pinocchio.

Su explicación de cómo la muerte es, en definitiva, el proceso que determina qué vive y qué no, es emotivo. Hasta que Pinocchio no dejara de ser inmortal no sería jamás un niño de carne y hueso, como él creía.

Otra maravilla de esta entrega —más allá de la fuerte influencia existencialista y también el respeto por los valores tradicionales de Dios, Patria y Familia— es que además contiene críticas y enseñanzas históricas para que los niños entiendan cómo funciona la propaganda política o los regímenes dictatoriales.

También enseña la importancia de la amistad y la honestidad de una manera tajante.

Un film prácticamente perfecto que destaca la individualidad y enaltece a la familia. Un salvavidas para un personaje animado histórico que había sido destruido por Disney y ahora rescatado por Guillermo del Toro.

Emmanuel Rondón

Periodista y editor de Americano Media. Especializado en política americana, análisis de medios y deportes. 

Emmanuel Rondón

Periodista y editor de Americano Media. Especializado en política americana, análisis de medios y deportes. 

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