El actual técnico del Celta empezó a ‘cavar la tumba’ de aquel equipo histórico eliminándolo en octavos de Champions de la temporada 2006/07
El Liverpool tomó el Camp Nou con goles de Bellamy y Riise, que respondieron a la diana inicial de Deco
La magia infitinita de Ronaldinho. La voracidad de Eto’o. La pillería de Ludovic Giuly. La clase y la llegada de Deco. La ascendencia de Rafa Márquez. El pundonor de Puyol. El FC Barcelona venía de maravillar al mundo.
La temporada 2005/06 había sido histórica con la segunda de la historia Champions en París y el campeonato de Liga. Un doblete que devolvía al Barça al primer plano mundial. Y ‘amenazaba’ con consolidar una nueva era.
Pero lo cierto es que fue un poco ‘coitus interruptus’. Si bien aquella conjunción de jugadores hizo disfrutar de lo lindo a una afición que adoraba a ‘Ronnie’, que vibraba con la potencia de Eto’o.
UNOS OCTAVOS ENTRE LOS DOS ÚLTIMOS CAMPEONES
Todo se torció demasiado pronto la temporada 2006/07 cuando tocó cruzarse en octavos de Champions League…con el Liverpool de Rafa Benítez. Los dos últimos campeones de Europa, cara a cara en una ronda muy prematura.
Pero claro, los ‘reds’ venían de quedar primeros del Grupo C y el Barça había sido segundo del A. Y el sorteo había sido caprichoso. El caso es que el conjunto inglés tomó el Camp Nou con tantos del galés Craig Bellamy y del noruego Jon Arne Riise. Dieron la vuelta al tanto inicial de Deco.
Rafa Benítez, en el Camp Nou tras el Barça 1-2 Liverpool de 2007
| Zoltan Czibor
Curiosamente, el luso y Rafa Benítez volverán a encontrarse este sábado en Montjuïc en el Barça-Celta. A pesar de ganar en la vuelta en Anfield, el 0-1 fue insuficiente para el conjunto de Fran Rijkaard.
Benítez alcanzó la gran final, donde se vio las caras de nuevo con el Liverpool tras la remontada histórica del 2005. Pero en aquella ocasión un doblete de Inzaghi cambió el signo final del partido.
Le está costando en este inicio al Celta. El técnico madrileño quiere implantar su sello. Y ganar en Montjuïc al vigente campeón sería un gran espaldarazo, sin duda.
