La primera ministra Giogia Meloni intervino hoy en el congreso del mayor sindicato del país, el izquierdista CGIL, algo que no ocurría desde 1996 cuando acudió el entonces jefe de Gobierno de la coalición progresista, Romano Prodi.
"Me han abucheado desde los 16 años. Podría decir que tengo la más alta condecoración en esto”, inició su discurso Meloni mientras que miembros del CGIL, muchos de ellos representantes del sector del metal, abandonaron la asamblea.
"Agradezco a los que protestan. No quería renunciar a este acto como muestra de respeto al sindicato”, añadió.
En su discurso, la jefa del Gobierno presentó la recién aprobada reforma fiscal que -dijo- "da eficiencia a la estructura tributaria, reduce la carga fiscal y combate la evasión fiscal" y contra la que se ha expresado el CGIL, que incluso ha amenazado con una huelga general.
También abordó la cuestión del retraso del aumento de los salarios italianos , "que no crecen desde hace treinta años" y "son los únicos inferiores a los de la década de 1990".
Y aunque defendió también su oposición al salario mínimo, se abrió "a la ampliación de la negociación colectiva" para el aumento de los salarios.
Sobre la "renta de ciudadanía", una especie de subsidio de desempleo que introdujo el izquierdista Movimiento 5 Estrellas y que este Gobierno ha eliminado, aseguró que "ha fracasado en los objetivos para los que nació porque hay un error, no se pueden tratar igual a quienes trabajan y a quienes no".
También afirmó que el objetivo es "apoyar el trabajo de las mujeres, dar incentivos para quienes contraten mujeres y madres primerizas, con herramientas de conciliación y una fiscalidad que vuelva a tener en cuenta la composición del núcleo familiar"