Polonia rindió homenaje este miércoles, en un contexto marcado por la guerra en Ucrania a los "soldados condenados", partisanos polacos que lucharon durante años contra el régimen comunista.
En las mayores ciudades del país tuvieron lugar ceremonias oficiales en memoria de los partisanos polacos y en numerosos actos públicos y conciertos se relaciona su lucha con la de los ucranianos contra Rusia.
En Varsovia, el presidente polaco, Andrzej Duda, recordó la "epopeya nacional contra los invasores rojos" y el primer ministro, Mateusz Morawiecki, se refirió al "olvido colectivo como base de la manipulación de la sociedad" y afirmó que "los mayores héroes son los que luchan incluso en momentos desesperados".
Se conoce como "soldados condenados" a los cientos de guerrilleros polacos que, tras la caída del nazismo, continuaron la lucha contra el régimen comunista mediante grupos armados en las montañas y en algunas ciudades.
El 1 de marzo de 1951, en la prisión de la calle Rakowiecka de Varsovia, las autoridades comunistas ejecutaron a los siete líderes del movimiento "Libertad e Independencia" y, a pesar de que sus hechos y nombres fueron ocultados durante décadas, con la llegada de la democracia a Polonia se rehabilitó su historia.
Desde 2011 se conmemora en Polonia el día de los "soldados condenados", el último de los cuales fue abatido y decapitado en 1963 en un bosque del este de Polonia, y no fue hasta 2014 que sus familiares lograron encontrar el lugar donde se había enterrado su cabeza.
En ciudades polacas, como Varsovia o Cracovia (sur), la lucha armada contra el régimen comunista adoptó la forma de resistencia clandestina y en algunas ocasiones se lograba llevar a cabo atrevidas acciones de rescate de presos políticos o sabotaje.
En el caso de Cracovia, la policía política comunista aprovechó las instalaciones que emplearon los nazis para encarcelar, torturar y ejecutar a sus prisioneros, lo que provocó que aún hoy se conozca a ese lugar como la "fábrica de la muerte".
Muchas de esas dependencias han sido convertidas en museo y es posible visitar las minúsculas celdas que, durante décadas, acogieron a polacos apresados primero durante la ocupación nazi y después durante la represión comunista.
En los muros de los sótanos permanecen intactos los cientos de mensajes desesperados, las consignas de resistencia y los dibujos evocando recuerdos que dejaron, escritos o raspados en las paredes, cientos de presos.
Para evitar ser identificados y para que les fuese imposible delatar a compañeros, todos los "soldados condenados" se hacían conocer con pseudónimos, y algunos de esos apodos, como "Inka", "el pez", "el lobo" y otros son recordados por los historiadores.
En el mismo edificio, una exposición permanente explica "la vida bajo el terror" que, entre 1939 y 1956, trataron de combatir los aproximadamente 400 partisanos "condenados" que tomaron las armas contra los invasores nazis, primero, y contra el régimen impuesto por la Unión Soviética después.
En la galería de entrada al museo se pueden ver los retratos y nombres de cientos de personas que fueron torturadas, y en algunos casos ejecutadas, en este lugar, y en la puerta nunca faltan flores frescas.
Daniele Manetti, un joven turista italiano que visitaba la exposición junto a su novia ucraniana Luba, explicó a EFE que "si Rusia hubiese podido invadir Ucrania fácilmente, ahora tendrían allí este tipo de vida, porque la Rusia de (Vladímir) Putin no se diferencia en nada de la Unión Soviética".
En ciudades como Bialystok (este) o Radom (centro), los organizadores de las marchas conmemorativas de los "soldados condenados" han decidido incluir en sus homenajes al pueblo ucraniano.
El capellán del Museo de los Soldados Condenados y Presos Políticos de Varsovia, Tomasz Trzaska, afirmó este miércoles que "aunque el fenómeno polaco se dio en la posguerra, cabe preguntarse si la situación bélica que vive Ucrania puede ayudar a comprender mejor su mensaje: el de los débiles que apenas pueden defenderse".
En la ciudad de Kielce (centro), el presidente del Gobierno regional se refirió a "lo que está pasando al otro lado de nuestra frontera oriental y el ejemplo de la lucha popular contra la arrogancia, la opresión y la agresividad soviéticas (...) porque solo ha cambiado el nombre del invasor, pero no sus métodos".
Por su parte, la eurodiputada polaca Jadwiga Wisniewska afirmó que "la guerra de Ucrania y sus similaridades históricas" con la historia de los "soldados condenados" puede servir de inspiración a los jóvenes polacos de la actualidad.