Por Fernando Londoño
A pocos pareciera importar, pero lo cierto es que en varias partes se juega América su destino.
Altas esperanzas nos trae Argentina, donde el candidato liberal Milei hizo las paces y se abrazó con Patricia Bulrich para formar una coalición que en el papel, como dicen los entendidos, hacen mayoría sobre el candidato peronista, el personaje que desde el Ministerio de Hacienda llevó ese riquísimo país hacia una hiper inflación colosal, condenando millones de niños al hambre y por lo menos a la mitad de las familias de ese riquísimo país a los abismos de la pobreza y la miseria.
Qué curiosa es la Argentina. Sigue gritando Perón, Perón, qué grande sos, desde los antros izquierdistas. Si. Perón el amigo entrañable del Generalísimo Franco, es el símbolo de las guerrillas seudo intelectuales de la Argentina, que se mueven en las izquierdas comunistas. El mundo al revés.
Pues confiemos en que esta vez las matemáticas no fallen y la derecha pueda llegar a reparar los entuertos que ha dejado esa curiosa amalgama de contradicciones en que la izquierda peronista consiste.
Otro lugar que se vuelve a jugar su destino es la otra potencia riquísima de América, esa Venezuela que se entregó a esa rara avis que se llamó Hugo Chávez, que haciendo de comunista destruyó, se robó, aniquiló aquel gran país. La pobre Venezuela es dueña de las mayores reservas petroleras del mundo, que andan por encima de las de Arabia Saudita, de riquezas mineras colosales, de un litoral inmenso, de praderas fecundas, selvas maravillosas, montañas pródigas. Y es pobre!
Venezuela anda en plan de reconciliarse con los Estados Unidos, prometiendo elecciones limpias. Solo que sin María Corina Machado, esa mujer de valores descomunales, ejemplo y guía moral del continente y del mundo. Elecciones en Venezuela sin María Corina son el simulacro más grotesco de una tiranía que promete democratizarse.
Pues Venezuela también se juega su futuro, hoy tan triste como las ocho millones de personas, un país entero, que han abandonado el país buscando un plato de comida y vida decente y segura. O hay elecciones limpias, con María Corina en la tarjeta de voto, o no hay nada que hacer. Venezuela estaría irremisiblemente perdida.
Colombia es el tercero de los países importantes de América que se juega su destino. Este 29 de octubre se sabrá, en las elecciones regionales que se celebran, si quedan esperanzas en Colombia, o si solo le aguarda el cruel camino de la desesperación y el exilio.
Tres de los pueblos decisivos de América se juegan la carta de su destino histórico. Curiosa coincidencias de momentos históricos. Si se suma la hazaña de un joven ecuatoriano que le devolvió a su Patria la esperanza que parecía perdida, tenemos el cuadro gigantesco que se muestra ante nuestros ojos. Ahora o nunca, tiene que ser la consigna sagrada. Esto se salva ya, o lo declaramos perdido para siempre.
