La razón por la que unos países son ricos y otros pobres ha sido objeto de investigación durante mucho tiempo y ha cautivado el interés de diferentes campos de estudios. Muchas teorías hay al respecto y la realidad es que no hay una sola clave, sino varios asuntos fundamentales que contribuyen a que un país sea rico o pobre.
Lo primero que hay que tener en cuenta es que si queremos comprender por qué algunos países son ricos debemos fijarnos en lo que hicieron para llegar a donde están ahora, no en lo que hacen en este momento. Para que se entienda mejor, las personas millonarias conducen autos de lujo y cenan en los mejores restaurantes, pero si un pobre decide imitar ese comportamiento, tales acciones eso no lo convertirá en rico. De la misma manera, los países ricos tienen derroches que se pueden permitir pero son solo eso, derroches, y en ninguna medida son la causa de su riqueza.
Entonces, teniendo en cuenta que lo que hay que estudiar son las medidas que tomaron para llegar a donde están y no los caprichos que se permiten ahora cuando han acumulado riqueza, vamos a analizar cuatro claves que han sido ampliamente estudiadas por diferentes autores y campos del conocimiento.
Propiedad privada
No es posible que un país alcance un elevado nivel de prosperidad si no hay un nivel importante de respeto por la propiedad privada. La economía es un agregado de acciones individuales, y si los individuos están desanimados eso se va a reflejar a nivel del país. La razón principal por la que la mayoría de la gente se levanta cada mañana a trabajar, es porque va a poder disponer -de la forma en que prefiera- del dinero que le darán a cambio.
En los países con una elevada intervención estatal no se respeta la propiedad privada -incluyendo el salario de los individuos- por lo que los impuestos son muy altos, la inflación acaba con los sueldos e incluso en algunos países se regulan los salarios de modo que un médico gane igual que un mesero. Este tipo de medidas destruye cualquier incentivo al esfuerzo.
Todo trabajo es digno y cada quien debe tener la libertad para elegir a qué se dedica en su vida y, según esa decisión, qué sueldo tiene, pero qué incentivo habría en una sociedad para estudiar medicina o ingeniería, si después de tantos años de estudio el sueldo será casi el mismo o incluso peor que el de un mesero, eso ocurre, por ejemplo, en Cuba.
Qué incentivo tiene la gente para ahorrar, iniciar una empresa y contratar empleados si el Estado va a quitarle sus ganancias con elevados impuestos o a dificultar el proceso productivo imponiendo regulaciones que impiden al empresario manejar su capital. El respeto por la propiedad privada es fundamental para que los individuos trabajen duro y se esfuercen construyendo un agregado de decisiones diarias que conlleva a una economía fuerte y próspera.
Ahorro
Contrario a lo que piensa la mayoría de las personas, el capitalismo no se trata de consumir como locos, sino fundamentalmente de ahorrar. Ahorrar para con eso invertir en bienes de capital y aumentar la productividad. ¿Por qué un campesino en un país de Latinoamérica gana mucho menos que un campesino en Estados Unidos? No es porque uno sea más inteligente que el otro, sino porque el americano tiene bienes de capital que permiten una producción más rápida y con menos esfuerzo, maquinaria avanzada, herramientas de la mejor calidad y en general bienes que mejoran el proceso productivo.
Una de las características de los países ricos es que tienen una gran cantidad de bienes de capital. Pero para conseguir esos bienes de capital es necesario ahorrar primero. El ahorro de los individuos, que va a los bancos y luego llega a aquellas inversiones que el mercado muestra necesarias es el que permite que las sociedades avancen, que se construyan economías de escala y grandes empresas generadoras de empleo y bienes.
Todo lo que conocemos hoy, las grandes economías con procesos productivos tan complejos, son gracias al ahorro de nuestros antepasados, que sacrificaron consumo inmediato para ahorrar y poder construir los grandes avances que hoy damos por sentados.
Libertad económica
La libertad económica es la condición general para que un país sea próspero, y por supuesto cuando hablamos de prosperidad nos referimos a que toda la sociedad tenga acceso a unos bienes y servicios básicos. Ese acceso generalizado a cierto poder adquisitivo solo se consigue si hay un grado importante de libertad económica que permita a los individuos desarrollar su actividad empresarial sin mayor intervención o trabas gubernamentales.
Todos los índices de libertad económica muestran una clara relación entre el nivel de libertad económica de un país y su prosperidad. Los países con menor libertad económica -los más socialistas- son los más pobres. La explicación a esto es que la prosperidad viene del sector privado, no del estatal. Son los individuos con su trabajo diario y los empresarios con su innovación los que generan riqueza, no es el Estado. Por lo tanto, si los políticos se empeñan en frenar la actividad económica, la riqueza no tendrá espacio para crecer.
No es posible generar riqueza cuando el estado pone grandes cargas impositivas a las empresas al punto de frenar su crecimiento o incluso acabarlas. No es fácil generar empleo cuando el Estado impone grandes presiones y cargas tanto monetarias como legales por cada empleado que se contrate. No es posible tener una buena economía si hay controles de precios, cantidades o exportaciones. En los países desarrollados hay tantas empresas y tantos empleos no porque la gente sea más inteligente, sino porque hay un ambiente favorable para la creación y la inversión.
Valores y costumbres
La gente actúa, en gran medida, motivada por sus valores y costumbres. Como hemos dicho antes, son las acciones agregadas de todos los individuos las que determinan cómo funcionará la economía, por lo tanto, una sociedad de gente perezosa, que no quiera trabajar y que crea que tiene derecho a tener todo gratis, es una sociedad condenada al fracaso. Los países que se hicieron ricos lo lograron gracias a mucho trabajo y mucho esfuerzo, pero si las sociedades se olvidan de esa ética del trabajo duro la riqueza se acaba, el capital se consume, y países que en algún tiempo fueron ricos pueden volverse pobres.
Grandes intelectuales han teorizado sobre la importancia de la ética y las religiones en el desarrollo de una nación. Esas naciones donde los valores conservadores de la frugalidad, el ahorro y el trabajo duro predominan son sociedades exitosas si se acompañan de los otros aspectos de los que acá hemos hablado.
Los países necesitan mercados, bolsas, libertad económica en general, pero también una sociedad de individuos con ética de trabajo, de lo contrario, poco a poco, la riqueza creada irá desapareciendo.