Es muy probable que no se haya formulado usted esta pregunta y que por lo mismo no sepa responderla. Unas cortas explicaciones lo pondrán en el corazón del asunto.
Un gramo de esa maldita sustancia vale, con diferencias notables entre Europa y los Estados Unidos, entre cien y ciento cincuenta dólares por gramo. Lo que significa que un kilo se cotiza en cien mil dólares y una tonelada en cien millones de dólares. Luego el valor final de la cocaína colombiana, que alcanza y supera las mil quinientas toneladas, monta ciento cincuenta mil millones de dólares anuales
De esa cifra gigantesca, una parte importante se genera en el mercado de Centroamérica hacia el norte, para los Estados Unidos. Para Europa las cosas son menos fáciles de calcular. Sin embargo, publicación tan seria como la BBC calcula que solamente la 'Ndrangheta factura ciento sesenta mil millones de dólares anuales por cocaína colombiana. Elon Musk y sus compañeros ricos morirían de envidia ante semejantes ventas finales.
Con tan sencillos cálculos, se pregunta el más inocente qué parte de tales ingresos maneja la mafia colombiana en el país. La respuesta es imposible, aunque cabe afirmar que se trata de una cantidad muy menor frente a los ingresos totales. Pero de qué cantidad hablamos y dónde se queda el resto es lo que corresponde averiguar.
Parece que Suiza es un gran receptor de semejante fortuna. Pero tampoco se le puede hacer el cargo por la totalidad de semejante estropicio financiero. Los mafiosos colombianos se han diversificado y nadie se toma en serio el problema.
En días pasados se descubrió que en Caracas, donde mucha gente muere de hambre física y de dónde han salido millones de personas a buscar un plato de comida en el exterior, se ha levantado uno de los barrios más lujosos del mundo. ¡Qué edificios, qué almacenes, qué centros comerciales, qué venta de autos de extra lujo! Y tienen algunos analistas la desfachatez de hablar de la recuperación venezolana. Por supuesto, mentiras o ilusiones. Cocaína colombiana, lector querido. Venezuela no ha visto abrir industrias, ni está produciendo el campo, ni genera servicios. Ese barrio enorme, llamado La Merced, que lo comparan por su tamaño con toda la ciudad de Panamá, es el producto de la cocaína colombiana. Y Maduro feliz y el mundo hace un gesto idiota y pasa de largo ante semejante descubrimiento.
La cocaína colombiana se ha disparado en los últimos meses. El presidente Petro no la persigue y lo dice. El paraíso mafioso del mundo está entre nosotros.
Pero quedan cuentas por revisar y cálculos por cerrar. Ni la cuentas de Suiza ni el barrio de Caracas explican la totalidad de este fenómeno colosal de blanqueo de capitales. Según cuentas recientes, al productor y al intermediario colombiano le quedan, libres de polvo y paja, doce millones de pesos por kilo de cocaína que le coloca a la mafia mexicana y a la europea. Y eso vale doce mil millones de pesos por tonelada, que hay que multiplicar por mil quinientos para sacar algún resultado, que todavía se queda corto. Son los dueños de Colombia y de mucho más. ¿Se entiende bien, no cierto?
Fernando Londoño
El autor fue ministro de Interior y Justicia de Colombia y es director político para América Latina de Americano Media.
Fernando Londoño
El autor fue ministro de Interior y Justicia de Colombia y es director político para América Latina de Americano Media.