Diputado trans mexicano presume en Twitter de sus videos teniendo sexo con varios hombres

En México el diputado trans, María Clemente, del partido del presidente López Obrador, ha roto con todos los umbrales de la moral y nos ha dado a todos una lección histórica de cómo la sumisión ante la corrección política puede llevar a la debacle moral a toda una civilización. Sé que tras estas líneas iniciará la lluvia de ataques y acusaciones por parte de ciertos sectores argumentando que se trata de "transfobia", fascismo, entre otros alegatos, pero es imposible ahogarse en silencio ante tanta perversión.

Hace pocas horas desconocía la existencia de María Clemente, hasta que me topé con un video en el que una persona está literalmente acosando al empleado de un gimnasio, asegurando que no le colocaba reggaetón por ser “racista y clasista”. Nuestras sociedades se han infestado de pequeños tiranuelos que utilizan políticas identitarias para victimizarse y tratar de imponer sus caprichos a la fuerza so pena de ser acusado de discurso de odio, y era precisamente lo que “María Clemente” estaba haciendo.

Tras compartir este episodio irracional en mi cuenta de Twitter descubro gracias a los comentarios de otros usuarios, que el protagonista de este video es un diputado mexicano que ha llegado al poder básicamente gracias a cuotas identitarias; no puedo decir que aquello me sorprendiera tomando en cuenta la debacle moral occidental, sin embargo, tras leer un par de comentarios más, me alertaron que este individuo incluso utilizaba su cuenta de Twitter para prostituirse y subir pornografía, y efectivamente, pude corroborar, que la “diputada” utilizaba sus redes sociales para publicar videos de ella teniendo sexo, haciendo felaciones y mostrando los penes de diferentes hombres eyaculando.

Establezcamos varios puntos antes de proceder a hablar del tema a profundidad. María Clemente o como se llame originalmente, tiene por supuesto, un derecho absoluto a hacer con su cuerpo y su vida lo que quiera, puede prostituirse, “cambiar de género”, filmar pornografía y hacer todo lo que un adulto en su sano juicio y sin coerción quiera realizar, lo que no está bien y como sociedad no deberíamos permitir, es que las cuotas identitarias conviertan a una persona notablemente desequilibrada en diputado, con la autoridad de legislar sobre la vida de los demás, con alcance mediático, exposición a niños, y que además, los contribuyentes mexicanos deban pagarle un sueldo millonario por el simple hecho de ser trans y prostituirse; todo esto rompe con toda ética moral y código de conducta que pueda tener una sociedad que aspire a mantener la cordura.

Revisando su cuenta de Twitter pude encontrar todo tipo de aberraciones y actos sexuales que no me atrevo a compartir por razones evidentes, y por supuesto, después de cada video que la susodicha “María Clemente” publicaba haciendo felaciones, publicaba un nuevo tweet alegando:

“1. Soy mujer. 2. Es mi cuerpo, mi decisión. 3. Solo por haber nacido tengo del Derecho Humano a la libre autodeterminación de mi propio cuerpo. 4. Soy ciudadana mexicana y tengo derechos a votar y ser votada”.

Pues de esa forma trata de justificar la utilización de sus cuentas oficiales con motivos sexuales y además impulsa la premisa de la “libre autodeterminación” con la que estos grupos radicales impulsan la ideología de género que se está colando en nuestras sociedades y escuelas creando niños confundidos, inseguros, y a su vez, más expuestos a los depredadores sexuales adultos.

Sin embargo, y no bastando con estos episodios prostitución y declaraciones absolutamente delirantes, la legisladora también ha sido vista acosando e insultando a ciudadanos mexicanos por marchar en contra de ciertas políticas del gobierno de López Obrador. En noviembre del año pasado tildó de “nacos” y “sin trabajo” a las personas que se congregaban en la avenida Reforma, también los llamaba “ignorantes” y se reía pues aseguraba que todos ellos la mantenían —debido al sueldo que percibe como diputado— “y me pagas, y me pagas” —gritaba—.

“Yo vengo de trabajar cuatro días para aprobar un presupuesto. Eres una ignorante, ¿no tienes nada mejor que hacer? (...) Son unos nacos ustedes, sin nada qué hacer. Bola de nacos”, repetía insultando a quien pasara por la avenida.

Una persona con los notables desequilibrios de María Clemente no debería estar siendo mantenido por los contribuyentes de toda una nación, mucho menos ocupando un escaño y legislando por cuotas minoritarias. Clemente entró al Congreso por la vía de representación proporcional, es decir, que no fue votado directamente por los mexicanos.

Estamos bien jodidos como sociedad si tenemos más miedo a que nos llamen “transfóbicos” antes que denunciar a un funcionario público por estar subiendo pornografía y actos lascivos en sus cuentas oficiales. Ningún funcionario público, sin importar su condición civil o sexual, heterosexual, homosexual, transexual, soltero o casado, debería estar compartiendo videos suyos haciendo felaciones a hombres y que todos nos hagamos de la vista gorda para “ser inclusivos”.

¿Qué sigue mañana? ¿Tendremos al presidente de la República de nuestros países compartiendo en sus cuentas oficiales escenas suyas teniendo sexo anal con prostitutas? ¿Le brindaremos escaños a terroristas y delincuentes en el Congreso para ser inclusivos? Ah cierto, eso ya está ocurriendo en Colombia…

 ¿Lo ven? Nos hemos convertido en sociedades idiotas de rodillas ante la inmoralidad, la perversión y el crimen, por tener más miedo a la corrección política, que a nuestros propios valores, y así vamos permitiendo que nos tuerzan cada vez más los dedos y nos quiebren más la moral teniendo que soportar toda clase de aberraciones en nombre de la “inclusión”.

No se trata de política, se trata de valores éticos sociales, de trazar una línea de respeto entre seres humanos para poder vivir en urbes que no sean consumidas por las mieles del progresismo antimoral tiránico que busca atropellar los principios de convivencia en nombre de la corrección política y la “inclusión”.

El diputado María Clemente en su condición de adulto puede hacer con su vida privada lo que le venga en gana siempre que no dañe a terceros, y pese a no gustarme su estilo de vida, lucharé para que pueda vivir en libertad; lo que no puedo y no debemos permitir, es que esta clase de individuos secuestren la política y nos obliguen a todos a vivir en sus mundos enfermizos y acoplarnos a sus fetiches sexuales, mientras vocifera desde una cámara del Congreso recibiendo recursos de los contribuyentes en nombre de la “inclusión”.

Esto es lo que sucede cuando destronamos la meritocracia en nombre de la corrección política, esto es lo que pasa cuando nos dejamos someter por el progresismo, y todo esto escalará al menos que empecemos a levantar la voz de inmediato.