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El necesario legado de Tucker Carlson: la voz más incómoda del mainstream media

Tucker ya revolucionó la industria de los medios. Su próximo paso puede ser el de consagrarse como la voz más incómoda e importante de la prensa americana fuera de los espacios tradicionales o convertirse en el Trump de 2016

Lunes, 24 de abril de 2023 a las 18:56

Por Emmanuel Rondón

Lunes, 24 de abril de 2023 a las 18: 56
Diseño de Americano Media.

"La verdad es contagiosa (...) cuanto más dices la verdad, más fuerte te vuelves (...) cuanto más mientes, más débil y aterrorizado te vuelves (...) algunas de estas personas han pagado un alto precio por decir la verdad" - Tucker Carlson, viernes 21 de abril, tres días antes de su salida de Fox News

Fox News anunció hoy, lunes 24 de abril, una de las noticias del año a nivel mediático: la salida de su presentador estrella, Tucker Carlson, el hombre que se animaba a hablar de los temas más polémicos, con un enfoque disruptivo, en el prime time de la cadena conservadora de noticias.

“Fox News Media y Tucker Carlson acordaron separarse”, se lee en el comunicado. “Le agradecemos su servicio a la red como anfitrión y antes de eso como colaborador”.

El anuncio sacudió a los medios y a las redes sociales. Se rumorea que su salida se debe a que al magnate de medios, Rupert Murdoch, el Logan Roy de la vida real, le preocupaba la cobertura del 6 de enero realizada por el presentador, luego de que este revelara al público cintas inéditas que muestran a agentes llevando a manifestantes por los pasillos del Capitolio, como si de un paseo turístico se tratara.

Ese material le valió a Tucker elogios y severas críticas, como casi todos sus reportajes, pues si algo caracterizó al presentador es su inconfundible forma de opinar las noticias yendo en contra de la narrativa del mainstream media.

La izquierda woke y los demócratas más liberales odian a Tucker por estar muy a la derecha, pero el conservadurismo estándar también. Tucker Carlson era el único presentador "de derechas" que se atrevía a criticar, por igual, al establishment de ambos partidos; el que no se alineó con las denuncias de fraude electoral en 2020; quien atacó a la élite del GOP por convertirse —durante un tiempo imperdonable— en el partido de los “impuestos bajos” al que no le interesaba meterse en el barro en los temas culturales. En esos años, la agenda progresista más radical avanzaba sin oposición en la sociedad americana, y Tucker lo decía. 

De hecho, solo hay que ver la reacción del republicano Mitch McConnell, ex líder de la mayoría del Senado, al material de Tucker sobre el 6E: "Fue un error, en mi opinión, que Fox News mostrara esto de una manera que está completamente en desacuerdo con lo que piensa nuestro jefe de las fuerzas del orden en el Capitolio". 

Esa reacción, que le valió infinidades de críticas a McConnell, representa genuinamente el legado de Tucker: ser la voz más incómoda en esa cámara de eco para republicanos y demócratas que representa el mainstream media.

Es Tucker quien, casi en solitario, atacó una y otra vez al complejo militar de los Estados Unidos y a la industria farmacéutica. Quien habló de la ineficacia de la vacuna del COVID-19 o denunció sin censura las draconianas medidas sanitarias impuestas durante la pandemia. No en vano se convirtió en el presentador más polémico y visto de los Estados Unidos por mucho tiempo, ganándose el irrestricto odio de CNN, The New York Times y toda la maquinaria mediática liberal, pues era, insisto, el único que, sin importar si estás a favor o en contra de sus opiniones, tocaba los temas que nadie se animaba.

Por algo Tucker logró atraer a una especie en peligro de extinción: los demócratas moderados. Para muestra, el tweet más reciente de Robert F. Kennedy, candidato presidencial demócrata:

“Fox despide a @TuckerCarlson cinco días después de cruzar la línea roja al reconocer que las cadenas de televisión impulsaron una vacuna mortal e ineficaz para complacer a sus anunciantes farmacéuticos. El impresionantemente valiente monólogo de Carlson del 19 de abril rompió las dos reglas más importantes de la televisión: Tucker dijo la verdad sobre cómo los codiciosos anunciantes de Pharma controlaban el contenido de noticias de televisión y criticó a los obsequiosos presentadores de noticias por promover dosis que sabían que eran letales e inútiles. Durante muchos años, Tucker ha tenido la mayor audiencia del país con un promedio de 3,5 millones, 10 veces el tamaño de CNN. Fox acaba de demostrar el poder aterrador de Big Pharma”.

- Robert F. Kennedy

Muchos medios tildaron a Tucker de conspiranoico por sus monólogos sobre las vacunas, pero la realidad es que hay una corriente de pensamiento distinta, basada en análisis científicos, que demuestran en distintos casos lo innecesario que es ponerse una dosis contra el COVID-19, especialmente para niños sanos o personas que se contagiaron recientemente generando inmunidad natural. 


El tweet de Kennedy no representa otra cosa que el clamor de un gran cantidad de americanos (y personas alrededor del mundo) que se sienten estafados con los medios tradicionales y los políticos de turno. Tucker, de una forma auténtica al menos en sus estrategias comunicacionales, se escapó del molde ganándose el elogio del público común y el desprecio de los que comparten los espacios de la élite.

Es decir, el desprecio del periodista woke del Times y el visto bueno del obrero americano.

Debo admitir que no soy un gran fan de Tucker Carlson. De hecho, muchas de sus opiniones me parecían, a menudo, problemáticas. Particularmente en el tema migratorio o cuando entrevistó a Glenn Greenwald sobre el cambio de régimen en Cuba, formando una narrativa que beneficiaba indirectamente al castrismo. 

Pero no todo lo que decía en su espacio, como dicen los medios tradicionales, era mentira o una insensatez. De ser así no se hubiese convertido en la voz más relevante de los medios y no se hubiese ganado los elogios de personas con quienes difirió en muchos temas, como por ejemplo Ben Shapiro: “Tucker Carlson es inmensamente talentoso y una de las voces más importantes de la derecha, y seguirá siendo esas cosas sin importar lo que venga después”.

Algunos dirán que “Shapiro es conservador” y de una línea similar a Tucker Carlson. Pero se equivocan. A pesar de que ambos se ubican a la derecha, ambos tienen posturas muy diferentes en diversos temas y una forma diametralmente opuesta de presentar sus noticias editorializadas. Ambos presentadores, de hecho, se han discutido públicamente y honestamente Shapiro no tiene la necesidad de lanzar un elogio gratuito a quien probablemente será su próxima gran competencia en los medios alternativos, lo que habla bien de Carlson.

Porque sí, Tucker hoy tiene dos opciones: romper al mainstream media desde los medios alternativos, dándole una cachetada a las cadenas conservadoras tradicionales; o ir por algo más ambicioso: una carrera política.

Tucker ya revolucionó la industria de los medios. Su próximo paso puede ser el de consagrarse como la voz más incómoda e importante de la prensa americana fuera de los espacios tradicionales o convertirse en el Trump de 2016. Es indudable que muchos votantes conservadores, demócratas hartos con su partido y esas personas que escuchaban sus polémicos monólogos le prestarían especial atención.

Emmanuel Rondón

Periodista y editor de Americano Media. Especializado en política americana, análisis de medios y deportes. 

Emmanuel Rondón

Periodista y editor de Americano Media. Especializado en política americana, análisis de medios y deportes. 

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