En 2022, Hungría acogía por primera vez una CPAC en Europa. Junto a figuras destacadas del partido de Viktor Orbán, Fidesz, y de su Administración, numerosos líderes políticos de derecha se dieron cita en esta capital del Danubio. Entre otros, destacaron el ex líder del Partido de la Independencia del Reino Unido, Nigel Farage, Herbert Kickl, líder del Partido de la Libertad de Austria, y Santiago Abascal, presidente del partido Vox de España. Destacó asimismo el contingente estadounidense, que contó con varios miembros republicanos del Congreso, el exjefe de gabinete de la Casa Blanca de Donald Trump, Mark Meadows, y el presidente de la American Conservative Union —impulsora de CPAC—, Matt Schlapp. También participaron algunos reconocidos periodistas como Tucker Carlson.
Pues bien, si la red de alianzas internacionales conservadoras tejidas por Hungría en los últimos años cristalizó entonces, con la nueva CPAC celebrada la semana pasada, este movimiento ha dado un gran paso adelante. Entre el 3 y el 5 de mayo, más de sesenta ponentes internacionales provenientes de veinte países y los cinco continentes acudieron a Budapest para participar en una CPAC que superó con creces a la de la primera edición. Y lo hizo tanto en número de asistentes como en el peso de sus ponentes.
En esta CPAC Hungría 2023 ha destacado la fuerte presencia estadounidense, encabezada por un vídeo de Donald Trump, y con la participación de políticos y expolíticos del Partido Republicano como Rick Santorum y Bob McEwen, y personalidades de los medios de comunicación como Ben Ferguson o Tucker Carlson, si bien tuvo un papel protagonista la periodista Kari Lake, que también fue candidata como gobernadora de Arizona en 2022. Ella fue la ponente de honor en la cena de gala junto con la presidenta de Hungría, Katalin Novak.
También es de resaltar la participación de líderes conservadores internacionales del contexto ibérico a ambos lados del Atlántico como Eduardo Bolsonaro y Santiago Abascal (ambos vía vídeo), o André Ventura (Portugal) y Eduardo Verástegui (México). Ha destacado, a su vez, la presencia de numerosos políticos nacionales y del entorno europeo, donde el partido de los Conservadores y Reformistas Europeos (ECR por sus siglas en inglés) tuvo la mayor representación con la participación de eurodiputados como Rob Roos, Vincenzo Sofo, Jorge Buxadé o Hermann Tertsch. Por último, merece la pena señalar la participación de toda una constelación de organizaciones de la sociedad civil conservadora, tanto del contexto estadounidense, como la Fundación Heritage, el New York Young Republican Club o Republicans for National Renewal, como europeo, como el Instituto Ordo Iuris (Polonia), o el Centro de Estudios Políticos y Estratégicos Maquiavelo (Italia).
Este encuentro se celebraba, además, en un momento en el que Hungría está en el ojo del huracán por el constante asedio al que la tiene sometida Bruselas por motivos más ideológicos que de política pública. Así ha sucedido en los últimos tiempos, supeditando fondos y ayudas europeas a la sumisión a postulados filosóficos disfrazados de críticas a su estado de derecho e independencia de la judicatura. Y así sucede hoy especialmente a cuenta de la guerra en Ucrania con respecto a la que el gobierno de Orbán ha optado por una postura realista y geopolítica, y no por un discurso humanitario, como la mayor parte de sus socios europeos, lo que no le ha impedido demostrar que Hungría es capaz de velar por su interés nacional y, a la vez, llevar a cabo la operación humanitaria más grande de su historia en apoyo a Ucrania.
Así, en un momento de cierto aislacionismo internacional, esta CPAC ha servido para demostrar que Hungría no está falta de apoyos y que es un verdadero foco conservador en Europa y en el mundo. Lo ha hecho, además, pocos días después de la visita del Papa Francisco al país, quien articuló un discurso pacifista con respecto al conflicto ruso-ucraniano y que manifestó en múltiples ocasiones que las relaciones entre la Santa Sede y el gobierno de Orbán están intactas, dando fe de un deterioro pasado que quizá fue más percibido que real.
Por último, la CPAC ha demostrado también la enorme capacidad de los think tanks húngaros, que configuran ya un ecosistema formidable, en el que destaca el Center for Fundamental Rights, organizador húngaro de la CPAC (y que también lo fue de su primera edición), el Danube Institute y el Mathias Corvinus Collegium.
En definitiva, Hungría ha puesto de manifiesto su intención y capacidad para ejercer un liderazgo conservador a escala global, y mientras que en el pasado creció en gran medida al calor el movimiento conservador político y social estadounidense, hoy irradia luz propia. Un verdadero referente del que tanto aliados como adversarios constatan su fortaleza.