2023 es el primer año de una nueva era para las familias de EE.UU. El régimen legal pro-abortista que sufrió nuestro país por décadas se ha ido. La pregunta actual es, ¿qué lo sustituirá? ¿Qué tipo de país post-Roe v. Wade quiere ser EE.UU.? Los legisladores conservadores tienen el deber de responder a esa pregunta con políticas pro-familia que protejan a los bebés no nacidos. Legislaciones que apoyen a aquellas personas que luchan arduamente para criar a nuestras futuras generaciones.
Primero: el Partido Republicano debe poner a las familias americanas en el centro de su agenda política. Al empezar este nuevo Congreso, volví a presentar una legislación que haría exactamente eso. Es un plan integral pro-vida, pro-familia para una América post-Roe v. Wade. Mi proyecto de ley ampliará el crédito tributario por hijo, fortalecerá los programas federales existentes como el Cumplimiento de la Manutención Infantil y el Programa Especial de Nutrición Suplementaria para Mujeres, Bebés y Niños (WIC, por sus siglas en inglés). La legislación también prestará mayor ayuda a las instituciones de la sociedad civil que ya atienden a las familias en sus comunidades, tal y como los centros de recursos para el embarazo.
También hay otras propuestas sobre la mesa, como mi plan para permitir que los padres usen sus propios beneficios del Seguro Social para pagar la licencia tanto de maternidad como de paternidad durante ese momento crucial cuando le dan la bienvenida a un nuevo bebé a la familia. Adicionalmente, tengo un proyecto de ley para establecer una iniciativa nacional de tutoría para la maternidad. Esto sería algo con lo que se beneficiarían todas las mujeres de EE.UU. Si esto parece mucho, eso es algo bueno. Nunca había sido más difícil ser mamá o papá. Las leyes en nuestro país deberían funcionar para trazar un nuevo curso y ayudar a los padres de familia a poder equilibrar tanto la crianza de sus hijos, como el trabajo y también otras prioridades a lo largo de la vida.
En ese sentido, también debemos tener compasión por las mujeres con embarazos no planeados. Los miedos y las dificultades que enfrentan son muy reales, y debemos asegurarnos que las mujeres en crisis sean conscientes que siempre tienen otras opciones además del aborto. Es por eso que estoy presionando para proteger los derechos del Título IX de las estudiantes universitarias embarazadas, y establecer una base de datos segura online a nivel federal de recursos no abortivos para madres jóvenes.
Finalmente, nuestro trabajo está lejos de terminar cuando se trata del tema del aborto. Dobbs v. Jackson fue tan solo el comienzo, no el fin de nuestra lucha por décadas para proteger el derecho humano más fundamental. Si se lo negamos a nuestros niños y niñas no nacidos más vulnerables, socavamos los derechos de todos nuestros ciudadanos. Los legisladores tenemos el deber de evitar que eso suceda, estableciendo restricciones al aborto basadas en el sentido común siempre que sea posible.
Esto no es lo que los consultores políticos de la élite quieren oír. Ellos, junto a algunos políticos de mi propio partido, están alentando a los legisladores a evadir el tema. Pero los bebés que están por nacer no pueden evadir al abortista. No tienen una voz propia para poder protestar por la violación de su derecho a la vida, razón por la cual nosotros debemos ser su voz.
Al final del día, la lucha por la defensa de la vida solo triunfará si los políticos conservadores se mantienen firmes en sus principios. Para algunos, podría ser tentador evitar los temas controvertidos de la "guerra cultural" y el tema del aborto por completo, o sentarse y deleitarse con la victoria de Dobbs sin darle atención a los serios desafíos que enfrentan los padres e hijos de bajos recursos. Deben recordar que su deber sagrado es defender el derecho a la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad de todos los americanos. Esto incluye desde bebés en el útero, hasta nuevas mamás, etc. Ese deber no se debe abandonar a la ligera.