Polvo eres y en polvo te convertirás

¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

TEMAS DE HOY:

'
'

Polvo eres y en polvo te convertirás

Entonces, ¿qué será de mí mañana? No lo sabemos, pero sabemos que podemos vivir hoy con valentía y amor. Podemos vivir hoy intencionalmente, haciendo todo bien para hacernos bien nosotros mismos, a nuestra familia, a nuestros amigos y al mundo entero. Solo tenemos hoy, vivamos hoy sabiendo que polvo somos y al polvo volveremos

Por Andrés Ignacio Henríquez

Miércoles, 22 de febrero de 2023 a las 06: 49
Miércoles, 22 de febrero de 2023 a las 06:49

La Iglesia Católica celebra hoy el Miércoles de Ceniza, inicio de la Cuaresma. Durante este tiempo nos preparamos para los días sacros de la Semana Santa. Pocos realmente conocen el verdadero sentido de este día, más allá de recibir una cruz de ceniza en la frente. ¿Te has preguntado alguna vez qué significa todo aquello? ¿Por qué aquella curiosa frase de "polvo eres y al polvo volverás" acompaña intrínsecamente a este miércoles?

Aunque pueda parecer lo contrario, el Miércoles de Ceniza tiene un trasfondo que no concierne solo a los católicos. El sentido universal de este día se lo da algo que nos une a todos, algo de lo que todos estamos seguros, algo que todos enfrentaremos sin importar credo, sexo o raza: la certeza de la propia muerte. Esta es la gran verdad de nuestras vidas, una verdad que a priori es tremendamente angustiante. Todos sentimos un miedo natural a la muerte. 

El mundo de hoy nos lleva a un ritmo frenético. Literalmente no paramos. Una canción de hace dos meses ya es vieja, las series tenemos que verlas completas lo más rápido posible. Universidad, trabajo, familia, amigos, pareja. Tráfico, redes sociales, vacaciones, fiestas y un larguísimo etcétera. Vivimos como en un bucle, un estrés constante donde no hemos terminado de cenar y ya estamos pensando qué desayunaremos mañana. ¿Alguna vez te has detenido a pensar seriamente que será de ti en 5 años? ¿En 20? ¿En 30? Tendemos naturalmente a hacer planes, es lo normal y está bien, pero la realidad —fría y dura— es que no sabemos si mañana estaremos.

Ahora bien, hay dos formas de aceptar esta inquietante realidad: desde la más profunda desesperación e incertidumbre o desde la paz que trae aceptar con serenidad nuestra propia finitud. Yo escojo la segunda, es lo más sensato. Mientras más rápido nos reconciliemos con la idea de que un día dejaremos este mundo —y que el mundo seguirá sin nosotros sin ningún problema— viviremos en paz y, paradójicamente, más felices. Aceptar que moriremos nos ayuda a vivir. Más aún, aceptar que moriremos nos ayuda a vivir bien.

Este ha sido un tema recurrente también en la historia del arte y en la poesía. El memento mori (recuerda que morirás), una tradición y una práctica que ha reflejado siempre la consciencia del ser humano de su propia pequeñez, su fragilidad y también —en mayor o menor medida— de su ansia de eternidad y trascendencia. Tener presente que moriremos nos aferra a la vida, porque nos hace apreciar cada día como un regalo irrepetible, uno que sería muy tonto desperdiciar.

Queda ya de nuestra parte comportarnos de manera acorde a nuestra condición mortal. Si esto realmente toca las fibras más profundas de nuestro ser, sabremos vivir no para buscar el placer inmediato, no para vivir aislados de nuestro entorno: pisoteando a los demás para lograr nuestros vanos —y demasiado frágiles— planes personales. No viviremos para nosotros mismos, sino que sabremos vivir para dejar una huella profunda en este mundo, para que nuestro transitar en este plano sea algo único e irrepetible, porque todos y cada uno de nosotros somos únicos e irrepetibles. Ese ha sido precisamente el gran logro de tantos hombres y mujeres extraordinarios: que a pesar de que su presencia física ya no esté entre nosotros, a pesar de que su cuerpo cedió a los avatares del tiempo y del espacio, su vida fue tan grandiosamente generosa, con Dios y con los demás, que su memoria vive y vivirá siempre entre los que quedamos.

Entonces, ¿qué será de mí mañana? No lo sabemos, pero sabemos que podemos vivir hoy con valentía y amor. Podemos vivir hoy intencionalmente, haciendo todo bien para hacernos bien nosotros mismos, a nuestra familia, a nuestros amigos y al mundo entero. Solo tenemos hoy, vivamos hoy sabiendo que polvo somos y al polvo volveremos.

Andrés Ignacio Henríquez

Periodista. Escribo sobre religión, cultura y actualidad.

Andrés Ignacio Henríquez

Periodista. Escribo sobre religión, cultura y actualidad.

LAS MÁS LEIDAS

LAS MÁS LEIDAS

LAS MÁS LEIDAS

ÚLTIMAS NOTICIAS