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Verdades absolutas: armémonos para acabar con las masacres

Esas luchas pro-vida que no van más allá de las consignas hasta el nacimiento, sin dar seguimiento efectivo para que esas vidas tengan sentido, se pierden, de la misma manera que se pierden los pensamientos y las oraciones que aparecen cada vez que ocurre un tiroteo masivo

Sabado, 01 de abril de 2023 a las 09:27

Por Alfredo Yánez

Sabado, 01 de abril de 2023 a las 09: 27
Diseño de Americano Media

Cuantas verdades dichas respecto a la epidemia de asaltos con armas que dejan muerte, tristeza y esa sensación de impotencia que, lejos de plantear fórmulas para erradicar los asesinatos en serie, se empeñan en poner el foco en las culpas circunstanciales. 

En el empeño por fijar verdades absolutas, se pierde el interés por resguardar la Vida –en mayúsculas y sin consignas.  

El libre y descontrolado acceso a las armas de fuego compite en importancia social, con la libre y descontrolada forma como las familias se desentienden de la formación de los niños, con la libre y descontrolada concepción de la libertad personal, respecto a la autopercepción, con la libre y descontrolada intención de permitir lo que sea, menos aquello que las agendas preconcebidas estigmatizan. 

La necesidad de controlar (que no prohibir) la venta de armas, en principio, no debería estar en discusión. Tampoco se tendría que poner en duda la necesidad de establecer una política seria del tratamiento de la salud mental de la sociedad. 

Es imperativo que se valore la vida en toda su dimensión.

Esas luchas pro-vida que no van más allá de las consignas hasta el nacimiento, sin dar seguimiento efectivo para que esas vidas tengan sentido, se pierden, de la misma manera que se pierden los pensamientos y las oraciones que aparecen cada vez que ocurre un tiroteo masivo.  

Lamentablemente se magnifica el hecho dantesco de las masacres —y ciertamente son condenables hasta el castigo merecido—, pero pocos hablan de otras situaciones que acaban con la vida de muchas más víctimas, quizá no a sangre fría, pero si con mayor letalidad, como la pandemia del fentanilo, la voracidad del abuso —hasta las sobredosis— de otras drogas, o la violencia a cuentagotas en las carreteras.  

Si se apela a la voluntad política, con toda seguridad, sería menos forzado conseguir soluciones que no atenten contra la Constitución, y sobre todo, que prevengan masacres —no por la letra muerta de las prohibiciones—, sino por acciones que protejan la vida —la acción de vivir en libertad— de los inocentes y también de esos individuos con mentes perturbadas, incluso por su propio entorno cercano. 

En definitiva, de lo que se trata es de que nos “armemos” del valor suficiente para respetar las decisiones de seguridad de cada uno y de aplicar las herramientas del conocimiento humano para prevenir comportamientos antisociales, delincuenciales y de destrucción que difícilmente se solucionen con una etiqueta que rece “manténgase fuera del alcance de los perturbados”. 

Encuentros para soluciones compartidas 

Lograr que la agenda política acepte conceptos diferentes a lo establecido es un auténtico desafío. Pasa en Venezuela, pasa en Colombia, pasa en Chile... Pasa en todas partes. 

Quienes entienden que no hay manera de obtener resultados distintos aplicando siempre las mismas fórmulas, podrían estar de acuerdo en que esta campaña electoral de facto que se vive en Venezuela es más de lo mismo, reeditando visitas y alternando obviedades y promesas de obligatorio incumplimiento. 

El país está en la calle, reclamando, pero al mismo tiempo ese país no tiene quien logre conectar con la gente. 

Quienes andan en sus recorridos, calentando orejas en un intento por motivar, aún no han entendido que es necesario dar un paso más allá, en función del acuerdo, de la voluntad política para conseguir auténticas y no utópicas soluciones. 

Venezuela no quiere más debate, no quiere más retórica. Venezuela quiere, merece, necesita encuentros, en los que esa fuerza de referentes políticos se muestre dispuesta a conseguir puntos en común. 

Por encima de cualquier manifiesto firmado a pie de página, es necesarísimo que haya un auténtico compromiso de trabajo compartido. La crisis institucional, moral, cívica, educativa, financiera, social... reclama acuerdos, demanda encuentros, exige el compromiso de colaboración entre todos los que aspiran a dirigir los destinos de la nación. 

Estas líneas son un exhorto a la Comisión Nacional de Primaria para que organice periódicos Encuentros para Soluciones Compartidas, de manera que los candidatos, apartados de la retórica convencional, aporten a la comunidad política, soluciones posibles, y juntos —independientemente del ganador de la consulta del 22 de octubre— puedan aplicarlas desde el día 1 del anhelado cambio del poder político. 

Americano retumbará en otra plataforma 

Tres canales: Uno en streaming 24/7 con contenido de TV, otro con la programación de nuestra grilla para radio y un tercero con las apuestas de noticias que trabajamos en la división digital, formarán parte de oferta de Americano en la plataforma Rumble. 

Nuestros equipos de Ingeniería e IT están trabajando en los ajustes para incorporarnos a esta plataforma que —a semejanza con Americano— irrumpió para luchar y vencer la censura en medios y plataformas. 

La propuesta implica abarcar la mayor cantidad de plataformas de difusión, comprendiendo que cada usuario tiene sus preferencias, y entre ellas, siempre resalta la necesidad de información confiable, análisis con argumentos y una visión basada en principios y valores. 

La transmisión en Rumble se sumará a las ya existentes en Gettr, la app de Americano (disponible gratuitamente en iOS y Android), Roku TV, Google TV, Apple TV, Amazon Fire, la app de iHeart Radio y www.americanomedia.com. 

Alfredo Yánez

Periodista. Director de Producción de Americano Media.

Alfredo Yánez

Periodista. Director de Producción de Americano Media.

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