Tal y como sucedió en la 2022/23, donde no ganó hasta la jornada 6, los primeros resultados ligueros no le están sonriendo
El punto ante el Espanyol B (1-1) fue el primero tras las derrotas sufridas contra el Badalona Futur (1-4) y el Lleida Esportiu (3-2)
Tercera temporada para el Terrassa en Segunda Federación, los mismos años de vida que tiene la categoría desde la reorganización vivida en 2021 en el fútbol español. Y tal y como pasó antaño, su inicio de curso no está siendo el esperado. Después de tres jornadas disputadas el equipo apenas suma un punto y es penúltimo. Pese al arranque decepcionante, el club mantiene la cautela.
El motivo no es otro que en el cuadro rojillo saben bien que lo importante es cómo acaba y no cómo comienza. El ejemplo práctico y más cercano está en la pasada campaña. El equipo dirigido entonces por Jordi López era el segundo por la cola, con dos empates y tres derrotas en cinco jornadas.
No fue hasta la sexta cuando llegó la primera alegría y, una vez recobrado el pulso, el Terrassa luchó hasta el final por meterse de nuevo en el play-off tal y como hizo en la 2021/22, algo que no acabó sucediendo. En parte, por el abrupto final de etapa de López, fulminado tras hacer pública su voluntad de irse al acabar el curso con la liga aún en juego. Lluís Macià fue el técnico interino hasta que este verano llegó Gerard Garrido desde la Penya Deportiva.
La mala noticia de este curso es que los resultados han sido más dolorosos. Se cayó por 1-4 contra el Badalona Futur, luego frente al Lleida Esportiu (3-2) y el fin de semana pasado llegó el primer punto contra el Espanyol B (1-1). Ocho goles en contra en tres encuentros y ninguna portería vacía. Toca ponerse de nuevo el mono de trabajo.
