Este domingo el Ejército americano derribó el tercer objeto no identificado en tres días, que sobrevolaba el país. Propiamente, jets americanos destruyeron un artefacto que sobrevolaba Lake Huron, entre Estados Unidos y Canadá. Y, aunque hay demasiadas preguntas, la Casa Blanca se niega a abordar la discusión.
Justo después de que los habitantes de Montana avistaran al globo espía chino, el 2 de febrero, todo se salió de control. Entonces la administración Biden se negó a dar mucha información y solo reconoció que había un globo extranjero sobrevolando el país cuando ya los videos estaban en todas las redes. Finalmente, después de decir que no significaba ninguna amenaza, Biden dio la orden de derribarlo justo cuando había salido del territorio continental y cuando ya había hecho su trabajo.
Luego, este sábado pasado, el Pentágono avistó un artefacto, al que no llamaron globo, también sobre Montana. Ese mismo día el Ejército americano, en cooperación con las autoridades canadienses, derribó un objeto sobre el territorio del Yukon, en Canadá. Y, al día siguiente, este domingo, el Ejército derribó al objeto no identificado sobre Lake Huron.
Obviamente, como tiene que ser, estos hechos han generado un tremendo escándalo en redes sociales. De los cuatro artefactos derribados este mes, tres no han sido identificados y el Gobierno de Biden se niega a brindar información. En cambio, quien ha hablado, como si fuera el vocero de la Casa Blanca, es el senador Chuck Schumer, el líder de la mayoría en el Senado. Schumer le dijo a ABC News, como si tuviera la responsabilidad de calmar a la gente, que probablemente los otros tres objetos que fueron derribados también eran globos.
Schumer argumentó que había hablado con el asesor de Seguridad Nacional, Jake Sullivan. No obstante, los balbuceos del líder de la mayoría no parecen sino pataletas para encubrir las torpezas de una administración que, nuevamente, no sabe cómo abordar una crisis de seguridad nacional.
Ante el silencio de la administración, los americanos y el mundo especulan y se inquietan. Lo cierto es que en menos de 15 días Estados Unidos ha derribado tres objetos voladores —si excluimos al globo— no identificados. Es decir, OVNIs.Y China, por cierto, también reportó el avistamiento de OVNIs. La situación no ha generado otra discusión: ¿nos están invadiendo los extraterrestres?
Biden debe dar respuesta, urgentemente. A diferencia de cómo abordó Afganistán, es urgente que la Casa Blanca se sincere. Como dice el editorial board del Wall Street Journal: incluso si Biden no tiene ni idea de qué está ocurriendo, debe decirle eso a los americanos. Porque, aunque no estemos ante un acontecimiento histórico de otro planeta, podríamos padecer el acoso de una nación extranjera, hostil a los intereses de los americanos. Y eso no dejaría de ser menos grave.
¿Acaso China sigue sobrevolando con facilidad a Estados Unidos? ¿Acaso hay otra nación mandando artefactos a espiar las fábricas y las ciudades americanas? ¿Acaso se trata de una trama para encumbrar a Biden y hacerlo ver como un tipo rudo ante las amenazas externas? ¿Acaso todo es falso?
Urgen respuestas.