Con la lesión de Vinicius, y sin Benzema, tenía la oportunidad y la obligación de ser el referente ofensivo de su equipo, pero no ha dado la talla
Un gol en 600 minutos (lleva 570’ sin ver puerta), y ninguna asistencia, es el bagaje esta temporada de un jugador tan exquisito como intermitente
El Real Madrid tiene un serio problema en ataque. La salida de Benzema, Asensio, Mariano y Hazard ha dejado bajo mínimos una línea que no ha reforzado salvo con Joselu, un delantero centro cuyo rol era ser suplente para dar aire al ataque o revulsivo en los partidos complicados, y Brahim, un media punta ofensivo que puede actuar de extremo, pero en el que Ancelotti no confía. Quedan Vinicius y Rodrygo como puntas de lanza. Demasiado poco para un equipo que aspira a ganar títulos.
La plantilla del Real Madrid vuelve a ser cuestionada. Si el año pasado se acusó a sus diseñadores la falta de centrocampistas, en esta faltan delanteros. Sin embargo, Ancelotti defiende el proyecto en un intento de proteger a sus creadores, pero el destino le castigó al tercer partido con la lesión de Vinicius. El peso del ataque recaía en Rodrygo, complemento en la sombra de su compatriota. Un jugador exquisito, diferente, de una depuradísima técnica y una habilidad extrema en los eslálones para salvar defensas.
BELLINGHAM Y JOSELU, AL RESCATE
Rodrygo tenía la oportunidad y la obligación de ser el referente ofensivo de su equipo, pero no ha dado la talla. Los datos del brasileño desnudan su poca efectividad y escasa aportación. Ha marcado un gol en los casi 600 minutos que ha jugado. Fue el primero en marcar para su equipo esta temporada: 0-1 al Athletic a los 28 minutos de partido. Desde entonces, no ha vuelto a ver puerta y lo más preocupante es que tampoco ha dado ningún pase de gol, o asistencia. Unos datos pobres que contrastan con su enorme calidad.
A sus 21 años ha fracasado como líder del ataque del Real Madrid en los cuatro partidos en los que Vinicius ha estado ausente. Bellingham, seis goles, y Joselu, dos, han complementado su falta de efectividad. Ha disparado 29 veces, 9 entre palos, para marcar un solitario gol. Desde la lesión de Vinicius lo ha intentado en 20 ocasiones, 5 a portería, pero sin puntería. A Rodrygo le queda mucho por crecer, pero está demostrando que todavía no está preparado para liderar el ataque de un equipo como el Real Madrid. Es más, si el próximo verano fichan delanteros top su sitio será el banquillo, salvo que acabe explotando con efectividad sus enormes condiciones.
