La carrera por la nominación presidencial republicana se ha vuelto más clara después de la victoria decisiva del expresidente Donald Trump en Iowa con el 51% de las preferencias y por un margen récord sobre sus oponentes. Tanto que Trump, dijo, ser el candidato inevitable del partido.
“La gran noche será en noviembre cuando recuperemos nuestro país y, verdaderamente, hagamos que nuestro país vuelva a ser grandioso”.
La sorpresa de Iowa fue el segundo lugar, con el 21% de las preferencias, del gobernador de Florida Ron DeSantis, cuando las encuestas lo mostraban detrás de la exembajadora Nikki Haley.
Un resultado que resucita su campaña, según analistas políticos, cuando un tercer lugar lo habría obligado a retirarse y habría elevado a Haley como la candidata anti-trump.
William Howell, profesor de la Universidad de Chicago dijo:
“Van a vivir para ver otro día y seguir hasta Nueva Hampshire y Carolina del Sur, pero es difícil decir que puedan reclamar algo que uno podría llamar ímpetu.»
En una señal de la campaña venidera, Trump pasó de celebrar su victoria en Iowa a comparecer ante un tribunal de Nueva York por una demanda por difamación presentada en su contra por la escritora Jean Carroll.
Todo este año Trump enfrentará casos judiciales, mientras el presidente Joe Biden reconoció que el exmandatario es su principal rival.
“Pero aquí está la cuestión: en esta elección siempre íbamos a ser tú y yo contra los republicanos extremos del MAGA. Fue verdad ayer y será verdad mañana.”
Iowa rápidamente reclamó un candidato: Vivek Ramaswamy, el rico empresario suspendió su campaña para presidente y respaldó a Trump después de su débil desempeño. El exgobernador Asa Hutchinson de Arkansas también abandonó la carrera este martes.
