La buena racha victoriosa y goleadora del América de Cali, con su poder ofensivo demoledor, el más letal de lo que va de la Liga con 31 goles en 8 juegos (¡promedio altísimo por juego de ¡3,87!), puede que haya dado respuesta a uno de los enigmas más profundos del nuevo testamento venerado por los fieles de la ‘tecnocracia’.
Es decir: la secta convencida de la veneración, prosternada en tierra, a los directores técnicos con su rezo fanático del “proceso”, puede que haya resuelto un enigma fundamental en el fútbol universal con lo que ocurre en el América.
El sábado 26 de agosto, hace apenas 37 días, hace apenas un mes y una semana, los jugadores del América en una rueda de prensa colectiva entre tambores de manifestación, estallidos de petardos e insultos de los barras bravas violentos e intimidantes evitaron el despido de su entrenador, el joven Lucas González: el dueño del equipo, Tulio Gómez, ya había decidido ponerlo de patitas en la calle por estar en el puesto 16 de la tabla, dejar a algunos estelares en el banco y poner a algunos en posiciones distintas a las habituales.
Lucas González y David González.
América de CAli y Deportes Tolima
Su permanencia se condicionó a derrotar a Santa Fe, al día siguiente. Los jugadores y el técnico ganaron. América triunfó y Lucas sobrevivió.
Desde ese día, hace apenas un mes y una semana, el equipo no volvió a perder y aplastó al Nacional y al Cali (¡un poema para los hinchas!) y, ahora, desde el segundo lugar de la tabla, resulta ser un canto al “proceso” para los cultores de los DT.
Si así fuera, pues se ha descubierto que se necesitan 7 partidos, un mes y medio mal contado, para que un ‘proceso’ empiece a dar resultados. ¡Se ha resuelto el misterio, se ha descubierto el enigma!
Pero, prudencia: hay otra racha victoriosa, que como de la nada resucitó a un equipo que estaba tres metros bajo tierra. Es la de David González, otro joven entrenador, que llegó con casco y manguera a apagar el incendio en el Deportes Tolima. Juan Cruz Real, su antecesor, dejó el equipo en llamas y sin oxígeno, ahogado en el humo del puesto 16. Solo ruinas…
(Lea además: Santa Fe, América y Nacional, a tumbar dominio de Brasil en Copa Libertadores femenina)
David, en apenas tres juegos, ahora comanda un “nuevo proceso”, como recitan en su sermón los miembros de la secta idólatra de los entrenadores, y
ahora, repito, en apenas tres partidos con victorias consecutivas, Tolima ya es sexto. ¿Un ‘proceso’ dura entonces solo tres partidos? ¡Vean, pues!
Un informe publicado en estas páginas por José Orlando Ascencio –el subeditor de Deportes– sobre la estabilidad de los entrenadores en los equipos de la Liga generó sobresaltadas repercusiones en la prensa colega y las redes sociales. Unos elogiaban a los que han tenido menos entrenadores. Otros celebraron a los que ganaron más con varios técnicos.
Lucas y David González son hoy las puntas de un mismo lazo: el cuento del ‘proceso’ es eso, un cuento, pues los resultados mandan y dependen de los futbolistas que hacen ruedas de prensa o reaccionan cuando sale un entrenador. Es el ‘proceso’ y otros demonios.
Meluk le cuenta
GABRIEL MELUK
Editor de DEPORTES
@MelukLeCuenta
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